Uno de los temas más actuales y que son promovidos por toda clase de instituciones públicas y privadas, asociaciones, organizaciones no gubernamentales, partidos políticos, etc., es el tema de la cultura y de los valores. Esto obedece al hecho de que el hombre contemporáneo es consciente del deterioro que la cultura está teniendo. En efecto, el espíritu humano ha sufrido un tremendo deterioro de los valores que pueden sustentar la cultura.
Se ha hablado del proceso de tecnificación y desarrollo de la ciencia y de la técnica al margen de los principios de la cultura llamado cientificismo o tecnocracia que significa que la ciencia y la técnica han sido mal utilizadas por el mismo hombre, que al no tener una correcta escala de valores, ha quedado alienado y al servicio de estas. Esto se debe a que mientras las ciencias y las técnicas siguen su rumbo a un ritmo cada vez más acelerado, la cultura superior, estrictamente humana, la que perfecciona al hombre en cuanto hombre en sus dimensiones espirituales; la cultura de la inteligencia, de la voluntad y la libertad, de la ética, de la religión, de la política, de la administración y el derecho, de la verdadera comunicación, han estado decayendo hasta conducir al hombre a un alto grado de degradación personal y moral, de abusos contra la dignidad de la persona humana provocándose un caos político en el que el bien común y la verdad no son considerados. Hoy en día se sostiene en universidades y centros educativos que la verdad es un constructo social, y que el bien es lo que la sociedad determine como bueno. La ambición y el deseo de poder ha cegado al hombre acerca de lo que él mismo es, ha perdido el dominio de sí mismo y ha perdido el verdadero sentido de su vida hasta el punto en que, bajo un aparente progreso y equilibrio, lo que se esconde es una decadencia y un caos político que cada vez es más difícil de ocultar. Precisamente por esto, por carecer de cultura espiritual, la cultura de lo material ha perdido el sentido humano haciendo que, aún en los países con más desarrollo económico y material no se hayan logrado mejorar los niveles de bienestar de la sociedad. Es por esta razón que en este breve estudio, he querido hacer una reflexión sobre los valores universitarios en la actualidad y su perspectiva hacia el futuro.
Como punto de inicio es preciso dejar claro que para que sea una auténtica Universidad es necesario que se respete su esencia o naturaleza en la que la filosofía tiene un papel fundamental para educar en los valores y lograr un humanismo integral. Considero que hoy en día, las Universidades, lejos de restablecer el orden jerárquico de los distintos sectores de la cultura de acuerdo a una escala objetiva de valores, han sido las principales promotoras del desorden actual.
Se ha hablado del proceso de tecnificación y desarrollo de la ciencia y de la técnica al margen de los principios de la cultura llamado cientificismo o tecnocracia que significa que la ciencia y la técnica han sido mal utilizadas por el mismo hombre, que al no tener una correcta escala de valores, ha quedado alienado y al servicio de estas. Esto se debe a que mientras las ciencias y las técnicas siguen su rumbo a un ritmo cada vez más acelerado, la cultura superior, estrictamente humana, la que perfecciona al hombre en cuanto hombre en sus dimensiones espirituales; la cultura de la inteligencia, de la voluntad y la libertad, de la ética, de la religión, de la política, de la administración y el derecho, de la verdadera comunicación, han estado decayendo hasta conducir al hombre a un alto grado de degradación personal y moral, de abusos contra la dignidad de la persona humana provocándose un caos político en el que el bien común y la verdad no son considerados. Hoy en día se sostiene en universidades y centros educativos que la verdad es un constructo social, y que el bien es lo que la sociedad determine como bueno. La ambición y el deseo de poder ha cegado al hombre acerca de lo que él mismo es, ha perdido el dominio de sí mismo y ha perdido el verdadero sentido de su vida hasta el punto en que, bajo un aparente progreso y equilibrio, lo que se esconde es una decadencia y un caos político que cada vez es más difícil de ocultar. Precisamente por esto, por carecer de cultura espiritual, la cultura de lo material ha perdido el sentido humano haciendo que, aún en los países con más desarrollo económico y material no se hayan logrado mejorar los niveles de bienestar de la sociedad. Es por esta razón que en este breve estudio, he querido hacer una reflexión sobre los valores universitarios en la actualidad y su perspectiva hacia el futuro.
Como punto de inicio es preciso dejar claro que para que sea una auténtica Universidad es necesario que se respete su esencia o naturaleza en la que la filosofía tiene un papel fundamental para educar en los valores y lograr un humanismo integral. Considero que hoy en día, las Universidades, lejos de restablecer el orden jerárquico de los distintos sectores de la cultura de acuerdo a una escala objetiva de valores, han sido las principales promotoras del desorden actual.
EXCELENTE TRABAJO... HAS PRIORIZADO BIEN LOS TEMAS.. ME DA GUSTO COMO HAS EVOLUCIONADO EN TU ESCRITURA POCO A POCO..
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